La Golondrina rebelde, en las callejas de Huaycán,
Puede aún brincar, gritando…
¡Libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!...
Se bifurca entre aguas diáfanas y turbulentas
Cual Cristo encabritado penetrando el alma.
Alza, su infernal brazo, ante la masacre;
Y con sangre roja, su convicción transforma
Al mirar la insolación en sus ojos ardientes,
Cuando el crepúsculo oprimía su cuerpo.
Puede aún brincar, gritando…
¡Libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!...
Se bifurca entre aguas diáfanas y turbulentas
Cual Cristo encabritado penetrando el alma.
Alza, su infernal brazo, ante la masacre;
Y con sangre roja, su convicción transforma
Al mirar la insolación en sus ojos ardientes,
Cuando el crepúsculo oprimía su cuerpo.
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